lunes, 19 de marzo de 2012

Pontuación

Sinais+Pontuação.jpg (400×211) 

Daiane Ferronatto e Elda de Vargas

Las reglas básicas de puntuación

Parece imposible, pero muchas personas no saben cómo y cuándo usar puntuación correcta al escribir un texto. Así que decidí abordar este tema aquí.

A continuación se muestra una resumo de las reglas de puntaje para ayudar a aquellos que aún tienen dudas en su uso. Espero que esto sea útil!




Punto

El punto es una pausa que indica que ha terminado una oración.

Clases de punto:
Punto y seguido: Se usa cuando se ha terminado una oración y se sigue escribiendo otra sobre el mismo tema.
Punto y aparte: Se usa para indicar que ha finalizado un párrafo.
Punto final: Indica que ha acabado el escrito.

Se escribe punto:
Detrás de las abreviaturas.
Ej.: Etc. Sr. D. Srta. Sra.

En las cantidades escritas con números para separar las unidades de mil y de millón.
Ej.: 1.580, 28.750, 12.435.565

No se pone punto:

En los números de teléfono
2634568
En los números de los años
1997
En lo números de páginas
1456

Cuando se cierran paréntesis o comillas el punto irá siempre después de los mismos.
Ej.: Le respondieron que "era imposible atenderlo".
Esa respuesta le sentó muy mal (llevaba muchos años en la empresa).

Después de los signos de interrogación y admiración no se pone punto.
Ej.: -¿Estás cansado? Sí. ¡Qué pronto has venido hoy!

La coma

No hay unas reglas exactas para el uso de la coma; pero sí unas normas generales que se detallan a continuación.

Se usa coma:
Para aislar los vocativos que van en medio de las oraciones.
Ej.: Luchad, soldados, hasta vencer.

Para separar las palabras de una enumeración.
Ej.: Las riqueza, los honores, los placeres, la gloria, pasan como el humo.
Antonio, José y Pedro.

Para separar oraciones muy breves pero con sentido completo.
Llegué, vi, vencí. Acude, corre, vuela.

Para separar del resto de la oración una aclaración o explicación.
La verdad, escribe un político, se ha de sustentar con razones.
Los vientos, que son muy fuertes en aquella zona, impedían la navegación.

Para separar de la oración expresiones como: esto es, es decir, en fin, por último, por consiguiente...
Ej.: Por último, todos nos fuimos a casa.

Para indicar que se ha omitido un verbo.
Ej.: Unos hablan de política; otros, de negocios.
Perro ladrador, poco mordedor.

Cuando se invierte el orden lógico de los complementos en la oración.
Ej.: Con esta nevada, no llegaremos nunca.

El punto y coma

Se usa el punto y coma:
Para separar oraciones en las que ya hay coma.
Ej.: Llegaron los vientos de noviembre, glaciales y recios; arrebataron sus hojas a los árboles...

Antes de las conjunciones adversativas mas, pero, aunque, etc., si la oración es larga. Si es corta se puede usar la coma.
Ej.: Todo en amor es triste; mas triste y todo, es lo mejor que existe.

Delante de una oración que resume todo lo dicho con anterioridad.
Ej.: El incesante tránsito de coches, el ruido y el griterío de las calles; todo me hace creer que hoy es la primera corrida de toros.

Para separar oraciones yuxtapuestas.
Ej.: Tendremos que cerrar el negocio; no hay ventas.

Dos puntos

Se escriben dos puntos:
Para iniciar una enumeración.
Ej.: Las estaciones del año son cuatro: primavera, verano, otoño e invierno.

En los encabezamientos de las cartas.
Ej.: Mi querido amigo:

En el saludo al comienzo de un discurso.
Ej.: Señoras y señores:

Para reproducir palabras textuales.
Ej.: Ya os dije el primer día: tened mucho cuidado.

Después de palabras o expresiones como: por ejemplo, declaro, certifico, ordeno, expone, suplica...
Ej.: En la zona ecuatorial hay ríos muy importantes. Por ejemplo: el Amazonas, el Congo...

Para llamar la atención o resumir lo anterior.
Ej.: Lo primero de todo vean la plaza mayor. Una vivienda ha de estar limpia, aireada y soleada, en una palabra: habitable.

Puntos suspensivos

Se escriben puntos suspensivos:
Cuando se omite algo o se deja la oración incompleta.
Ej.: Dime con quién andas...

Para indicar duda, inseguridad, temor o sorpresa con una forma de expresarse entrecortada.
Ej.: Bueno... en realidad... quizá... es posible...

Cuando se deja sin completar una enumeración.
Ej.: Tengo muchas clases de flores: rosas, claveles...
Cuando se quiere dar emoción.
Ej.: Y en lo más interesante... se apagó la luz.

Para dejar algo indefinido o indeterminado.
Ej.: De la subida de precios... mejor ni hablar. El marisco... ni tocarlo.

Signos de exclamación e interrogación

En español, los signos de interrogación (¿ ?) e exclamación (¡ !) se ponen al principio y al final de la oración que deba llevarlos.
Ej.: ¿De dónde vienes? ¡Qué bien estás!

Normas sobre la interrogación y la admiración:
Cuando la interrogación es indirecta no se usan signos.
Ej.: No sé de dónde vienes. Dime cómo estás.

Los signos de interrogación o exclamación se abrirán donde comience la pregunta o la exclamación, no donde empiece la oración.
Ej.: Tienes mucha razón, ¿por qué no han empezado?
Se hizo Pablo con la pelota y ¡qué golazo, madre mía!

jueves, 15 de marzo de 2012


Culpas y disculpas
¿Usted ya reflexionó acerca de lo que representa la culpa en nuestras vidas?
 
No hay duda de que el sentimiento de culpa es uno de los grandes responsables por nuestra infelicidad.
 
Cuando hacemos algo que nos causa una aflicción interior persistente, es probable que sea la culpa instalándose.
 
Pero, ¿qué hacer para que este sentimiento no se instale en nuestra intimidad y nos traiga grandes contratiempos?
 
Seria razonable pensar que la mejor actitud es eliminar, en definitivo, esa aflicción de nuestra alma.
 
¿Y que actitud podría ser más eficaz  de que un sincero pedido de disculpas?
 
Todavía, pedir disculpas significa admitir que nos equivocamos, y eso afecta directamente nuestro orgullo.
 
En general, ¿qué hacemos entonces?
 
Nos quedamos  remordiendo, afligidos y buscamos a alguien  para culpar por una actitud que nuestra conciencia desaprueba.
 
¿No sería más pertinente pedir perdón?
 
Lógicamente que sí, pero el orgullo muchas veces nos impide.
 
¿Qué hacemos, entonces?
 
Preferimos penarnos de otra manera. Y generalmente optamos por las enfermedades...
 
La conciencia nos acusa, pero en vez de solucionar el conflicto con la humildad de un aprendiz, preferimos un auto castigo disfrazado.
 
En vez de pedir perdón, optamos por el sufrimiento. En vez de aliviar el alma admitiendo que somos débiles y que nos equivocamos, preferimos escondernos bajo la mascarilla de una perfección de la cual estamos muy lejos.
 
Al no admitir nuestras propias debilidades, tampoco las admitimos en los demás, y actuamos con desmedido rigor, tornándonos infelices, así como a los que conviven con nosotros.
 
Más sensato sería reconocer que somos aprendices de la vida y que todo aprendiz tiene el derecho de equivocarse, pero tiene también el deber de corregir sus pasos   y seguir adelante.
 
Como aprendices de la vida, no estamos exentos del error, de la caída, de las debilidades que caracterizan nuestra condición de alumnos imperfectos.
 
Siendo así, vale la pena actuar con el deseo de crecer, aprender, ser feliz. Y para eso es necesario saber pedir perdón, saber perdonar, saber tolerar...
 
Solamente no admite errores la persona que se considera infalible, perfecta, superior al bien y el mal. Con seguridad, esa es una persona infeliz.
 
Si queremos aprender a ser más dóciles y menos orgullosos observemos a los niños.
 
Ellos no se  avergüenzan de pedir disculpas, no guardan resentimientos.
 
Cuando se hieren, ellos lloran... piden socorro, reconocen su debilidad...
 
Se no logran alcanzar algo, piden ayuda.
 
Para entender las cosas, preguntan varias veces.
 
Cuando tienen miedo, lo admiten. Saltan en el regazo más cercano, o se abrazan a un amigo o hermano más viejo.
 
A eso se llama humildad, a eso se llama pureza. A eso se llama sabiduría.
 
Es por eso que los niños aprenden. Ellos no se avergüenzan de ser aprendices de la vida.
 
*  *  *
 
El sentimiento de culpa es una tortura moral que castiga el alma. La persona que lleva ese peso, sufre y no admite ser feliz.
 
Siendo así, si usted no tiene la pretensión de ser infalible, perdónese, pida perdón, libértese de esa basura llamada culpa, y siga adelante.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Vida loca vida - Cazuza

La vida loca, vida breve 
Ya que no puedo tomar 
Quiero que me lleves 
La vida loca, inmensa vida 
Nadie nos perdonará 
Nuestro crimen no paga 
Si no se observa cuando se pasa 
Uno piensa 
Estoy necesitado, estoy titular populares 
Para cansado de toda la mierda, así que la actitud de plaza 
Esta falta eterna de la conversación 
Si no se observa cuando se pasa 
Uno piensa 
Que la vida es volver a la normalidad 
Que la vida sin sentido, sin peligro de nuevo 
siempre es igual a la vida misma 
Si no se observa cuando se pasa 
Usted acaba de decir, 'Payaso! 
żCree usted que no están legalmente 
Ejecutar todos los peligros, perdió el conocimiento 
Usted se enferma 
La vida loca, vida breve 
Ya que no puedo tomar 
Quiero que me lleves 
La vida loca, inmensa vida 
Nadie nos perdonará 
Nuestro crimen no paga 
No vale la pena, no 
Si no se observa cuando se pasa 
Uno piensa 
Tengo a los necesitados yu Yo soy titular populares 
Para cansado de toda la mierda, así que la actitud de plaza 
Esta falta eterna de la conversación 
La vida loca, vida breve 
Ya que no puedo tomar 
Quiero que me lleves 
La vida loca, inmensa vida 
Nadie nos perdonará 
Nuestro crimen no paga 
La vida loca, vida breve 
Ya que no puedo tomar 
Quiero que me lleves 
La vida loca, inmensa vida 
Nadie nos perdonará 
Nuestro crimen no paga


viernes, 9 de marzo de 2012


Sigue bajo  lo que es, en mi opinion, una de las más increíbles producciones literárias, por su clima de suspenso, su linguage e todo lo más que tiene en su composición.

El cuervo
 
 
Una vez, en una taciturna media noche,
mientras meditaba débil y fatigado,
sobre un curioso y extraño volumen
de sabiduría antigua,
mientras cabeceaba, soñoliento,
de repente algo sonó,
como el rumor de alguien llamando
suavemente a la puerta de mi habitación.
>> Es alguien que viene a visitarme - murmuré
y  llama a la puerta de mi habitación.
Sólo eso, nada más. <<
 
Ah, recuerdo claramente
que era  en el negro Diciembre.
Y que cada chispazo de los truenos hacía
danzar en el suelo su espectro.
Ardientemente deseaba la aurora;
vagamente me proponía extraer
de mis libros una distracción para mi tristeza,
 para mi tristeza para mi Leonor perdida,
la rara y radiante joven
a quien los ángeles llamaban Leonor,
para quien, aquí, nunca más habrá nombre.
 
Y el incierto y triste crujir de la seda
de cada cortinaje de púrpura
me estremecía, me llenaba
de fantásticos temores nunca sentidos,
por lo que, a fin de calmar los latidos
de mi corazón, me embelesaba repitiendo:
>> Será un visitante que quiere entrar
y  llama a la puerta de mi habitación.
Algún visitante retrasado que quiere entrar
y  llama a la puerta de mi habitación.
          Eso debe ser, y nada más <<.
 
De repente, mi alma, se revistió de fuerza;
y  sin dudar más
dije:
>> Señor, o señora,
 les pido en verdad perdón;
pero lo cierto es que me adormecí y
habéis llamado tan suavemente
 y  tan débilmente habéis llamado
a la puerta de mi habitación
que no estaba seguro de haberos oído <<.
Abrí la puerta.
          Oscuridad y nada más.
 
Mirando a través de la sombra,
estuve mucho rato maravillado,
extrañado dudando, soñando más sueños que
ningún mortal se habría atrevido a soñar,
pero el silencio se rompió
y la quietud no hizo ninguna señal,
y  la única palabra allí hablada fue
la palabra dicha en un susurro >>¡Leonor!<<.
Esto dije susurrando, y el eco respondió
en un murmullo la palabra >>¡Leonor!<<.
          Simplemente esto y nada más.
 
Al entrar de nuevo en mi habitación,
toda mi alma abrasándose,
muy pronto de nuevo, oí una llamada
más fuerte que antes.
>> Seguramente -dije-, seguramente es
alguien en la persiana de mi ventana.
Déjame ver, entonces, lo que es,
y resolver este misterio;
que mi corazón se calme un momento
y averigüe este misterio.
          ¡ Es el viento y nada más.<<
 
Empujé la ventana hacia afuera,
cuando, con una gran agitación
y movimientos de alas
irrumpió un majestuoso cuervo
de los santos días de antaño.
No hizo ninguna reverencia;
no se paró ni dudó un momento;
pero, con una actitud de Lord o de Lady,
trepó sobre la puerta de mi habitación,
encima de  un busto de Blas,
encima de la puerta de mi habitación.
          Se posó y nada más.
  
Entonces aquel pájaro de ébano,
induciendo a sonreír mi triste ilusión
a causa de la grave y severa
solemnidad de su aspecto.
>> Aunque tu cresta sea lisa y rasa
-le dije-, tú no eres un cobarde <<.
Un torvo espectral y antiguo cuervo,
que errando llegas de la orilla de la noche.
Dime: >> ¿Cual es tu nombre señorial
en las orillas plutónicas de la noche?
El cuervo dijo: >> Nunca más <<.
 
Me maravillé al escuchar aquel desgarbado
volátil expresarse tan claramente,
aunque su respuesta tuviera
poco sentido y poca oportunidad;
porque hay que reconocer
que ningún humano o viviente
nunca  se hubiera preciado de ver
un pájaro encima de la puerta de su habitación.
          Con un nombre como >> Nunca más <<.
 
Pero el cuervo, sentado en solitario
en el plácido busto, sólo dijo
con aquellas palabras, como si con ellas
desparramara su alma.
No dijo entonces nada más,
no movió entonces ni una sola pluma.
Hasta que yo murmuré: >> Otros amigos
han volado ya antes  <<.
 
En la madrugada me abandonará,
como antes mis esperanzas han volado.
Entonces el pájaro dijo: >> Nunca más <<.
 
Estremecido por la calma,
rota por una réplica tan bien dada,
dije: >> Sin duda <<.
Esto que ha dicho
es todo su fondo y su bagaje,
tomado de cualquier infeliz maestro
al que el impío desastre
siguió rápido y siguió más rápido
hasta que sus acciones fueron
un refrán único.
 
Hasta que los cánticos fúnebres
de su esperanza, llevaran la melancólica carga de
>> Nunca - nunca más <<.
Pero el cuervo, induciendo todavía
mi ilusión a sonreír,
me impulsó a empujar de súbito
una silla de cojines delante del pájaro,
del busto y la puerta;
entonces, sumergido en el terciopelo,
empecé yo mismo a encadenar
ilusión tras ilusión, pensando
en lo que aquel siniestro pájaro de antaño
quería decir al gemir >> Nunca más <<.
 
Me senté, ocupado en averiguarlo,
pero sin pronunciar una sílaba
frente al ave cuyos fieros ojos, ahora,
quemaban lo más profundo de mi pecho;
esto y más conjeturaba,
sentado con la cabeza reclinada cómodamente.
Tendido en los cojines de terciopelo
que reflejaban la luz de la lámpara.
Pero en cuyo terciopelo violeta,
reflejando la luz de la lámpara,
ella no se sentará ¡ ah, nunca más!
 
Entonces, creo, el aire se volvió
más denso, perfumado por un invisible incienso
brindado por serafines cuyas pisadas
sonaban en el alfombrado.
>> Miserable -grité-. Tu dios te ha permitido,
a través de estos ángeles te ha dado un descanso.
Descanso y olvido de las memorias de Leonor.
Bebe, oh bebe este buen filtro,
y olvida esa Leonor perdida.
El cuervo dijo: >> Nunca más <<.
 
>> Profeta -dije- ser maligno,
pájaro o demonio, siempre profeta,
si el tentador te ha enviado,
o la tempestad te ha empujado hacia estas costas,
desolado, aunque intrépido,
hacia esta desierta tierra encantada,
hacia esta casa tan frecuentada
por el honor. Dime la verdad, te lo imploro.
 
¿ Hay, hay bálsamo en Galad? ¡Dime,
dime, te lo ruego ! <<.
          El cuervo dijo: >> Nunca más <<.
 
>> Profeta -dije-, ser maligno,
pájaro o demonio, siempre profeta,
por ese cielo que se cierne sobre nosotros,
por ese dios que ambos adoramos,
dile a esta pobre alma cargada
de angustia, si en el lejano Edén
podré abrazar a una joven santificada
a quien los ángeles llaman Leonor,
abrazar a una  preciosa y radiante
doncella a quien los ángeles llaman Leonor <<.
          El cuervo dijo: >> Nunca más <<.
 
>> Que esta palabra sea la señal de nuestra separación,
 pájaro o demonio - grité
incorporándome.
¡ Vuelve a la tempestad
y la ribera plutoniana de la noche!
No dejes ni una pluma negra como prenda
de la mentira que ha dicho tu alma.
¡ Deja intacta mi soledad!
¡ Aparta tu busto de mi puerta!
¡ Aparta tu pico de mi corazón,
aleja tu forma de mi puerta! <<.
          El cuervo dijo: >> Nunca más <<.
 
Y el cuervo sin revolotear, todavía posado,
todavía posado,
en el pálido busto de Palas
encima de la puerta de mi habitación,
sus ojos teniendo todo el parecido
del demonio en que está soñando,
y  la luz de la lámpara que le cae encima,
proyecta en el suelo su sombra.
Y mi alma, de la sombra que yace flotando
en el suelo no se levantará...
          ¡ Nunca más !

Edgar Allan Poe
Tú tienes alas de plata

Tú tienes alas de plata,
alas de ensueño,
de ilusión, de anhelo.
¿Me darás alas de plata?
Calla, calla.

Tú tienes alas de bronce,
alas de pasión,
de amor sin freno.
¿Me darás alas de bronce?
Calla, calla.

Tú tienes alas de hierro,
alas fuertes y seguras,
alas de grandes realidades.
¿Me darás alas de hierro?
Calla, calla.

Tú tienes alas de estaño,
alas de engaño,
alas falsas y amargas.
¿Me darás alas de estaño?
Calla, calla.
No me preguntes tanto.